Cuando se analizan los elementos necesarios para crear un negocio, a menudo es fácil infravalorar el logo de nuestra marca, considerándolo algo secundario. Por supuesto un logotipo no es lo que al final dotará de más o menos valor a nuestra marca, pero sí resulta algo esencial, pues es el elemento a través del cual nuestra marca será reconocible, aquello que nos ayudará a destacar por encima de la competencia y contribuirá a la fidelización de nuestros clientes. Podríamos pensar en el logo como la huella dactilar de nuestro negocio. No se trata de los productos o servicios en sí, sino del elemento mediante el cual nos identificarán.
Para abordarlo es más que recomendable acudir a un profesional que, una vez conozca nuestra compañía y nuestra oferta, sea capaz de crear un logo que responda a las siguientes necesidades:
Debe resultar memorable
En este mercado hiper-saturado de empresas que reclaman nuestra atención para vendernos sus productos o servicios, disponemos de muy poco tiempo para destacar entre nuestra competencia. Un buen logo debe llamar la atención de nuestros potenciales clientes, comunicando los aspectos claves de nuestra propuesta de la forma más atractiva posible.
Es la base de la identidad de marca
A pesar de que nos vanagloriemos de ser animales racionales, lo cierto es que las emociones tienen un papel fundamental en nuestra toma de decisiones. La marca es mucho más que el logo, pero éste es un elemento esencial de a misma e influirá en las emociones de nuestros clientes, contribuyendo a moldear sus elecciones para que elijan nuestros productos o servicios por encima de los de la competencia.
Para lograr esto es importante tener en cuenta los elementos que conforman el diseño de un logo:
Tipografía
El tipo de letra de nuestro logo (incluso aunque sea totalmente personalizado) contribuirá al tono de nuestro mensaje y puede resultar elemento primordial para que, a simple vista, nuestros clientes sean capaces de reconocer qué tipo de productos o servicios les ofrecemos.
Color
El impacto del color en nuestras emociones está comprobado científicamente. Por ejemplo, los tonos negros se relacionan con el la elegancia, la exclusividad y la nobleza, mientras que los tonos verdes se relacionan con la naturaleza, la ecología o incluso la alimentación, o los colores más vivos (como los tonos rojos o azules) se relacionan con negocios dirigidos a un público más joven .
Los tonos de color que elijamos para representar a nuestra marca deben formar parte del mensaje, de la narrativa que queremos transmitir en cada una de las oportunidades que tengamos de impactar a nuestros clientes.
Símbolos
No es un elemento imprescindible, pero sí puede ser un pilar fundamental para que nuestra marca sea más memorable. Después de todo, ¿quién no es capaz de reconocer a Nike o a Apple por sus símbolos?
Nos distingue de la competencia
Se debe apostar por diferenciar su negocio del de los demás y nuestro logo es clave para lograrlo. Nuestro logo no solo debe ser visualmente memorable, sino que debe reflejar tanto los principios y valores de nuestra compañía como las razones por las cuales nuestro negocio es más adecuado para los consumidores que los de la competencia.
Promueve la fidelidad de nuestros clientes
Los clientes necesitan confiar en una marca que cumpla sus expectativas. Conforme nuestra marca crezca, nuestro logo será cada vez más familiar y cercano para más y más clientes, y es esta familiaridad la que contribuirá a la percepción de que somos merecedores de su confianza. Si nuestro logo es distino y además refleja nuestra propuesta, nos resultará mucho más fácil conseguir esa confianza.
Estrategias de promoción publicitaria potenciando nuestro logo
Existen multitud de estrategias para promocionar la marca sirviéndonos de nuestro logo. Una forma sencilla y relativamente barata es imprimiéndolo en regalos publicitarios, como tazas, botellas o bidones personalizados. De esta forma nuestros clientes se convierten, además de ser clientes propiamente dichos, se convierten en embajadores de nuestra marca.
Las ventajas de este uso del merchandising para empresas, no solo radica en mejorar la presencia de nuestra marca, sino también en incrementar la confianza percibida tanto por nuestros clientes como por aquellos que aún no lo son como, incrementando así nuestras ventas.