Por enésima vez, Otoño atizó los cabellos de sus acólitos y borró todas las huellas que se perdían en el camino. “¿Por dónde ha ido?” preguntó él. “¡Písame!” suplicaron las piedras sordas. “¿Ha pasado por aquí?” volvió a requerir. “Ráscame” imploraron los troncos ciegos. Y vagó azorado, sin rumbo consciente; hacia ninguna parte y hacia todas a la vez, pues todavía no sabía que todos sus pasos le llevaban hasta ti. (Taken with instagram)