La virtud máxima del diseño, entendiendo el concepto desde un punto de vista estético, radica en crear un vínculo emocional entre el ser humano y un objeto, a priori, meramente funcional.
El mercado del automóvil es una de los mejores ejemplos de esta idea. Un coche es un objeto cuya utilidad estriba en su capacidad para transportar a su usuario desde el punto A hasta el punto B con la mayor eficacia posible. Eficacia entendida de diferente modo según cada usuario.
Son muchas las personas que al elegir un vehículo, buscan ese “algo más” traducido a veces en el pago de miles o decenas de miles de euros solo por las sensaciones que produce la forma, los acabados, en definitiva el diseño del objeto. Diseño, hasta ahora, inamovible.
BMW ha desarrollado GINA un prototipo de coche cuyo chasis cambia de forma. Su secreto radica en una estructura metálica recubierta por un tejido ultrarresistente hecho de lycra y plástico que modifica las lineas del automóvil a voluntad de su conductor.
La idea es francamente atractiva, y si se consiguera abaratar lo suficiente sus coses, estoy convencido de que podría ser rentable.
No obstante, tengo mis reservas respecto al recubrimiento textil y su durabilidad, higienización o capacidad para aislar el habitáculo de la intemperie.
Actualización: Os dejo con un vídeo del coche y uno de sus creadores. Me resulta extrañas y un poco antiestéticas las arrugas que provocan los pliegues del tejido, por ejemplo, al abrir las puertas:
Via Clipset.net.
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Como coche conceptual que es, sirve para decir "mira lo que sabemos hacer". Si ahora me preocupa que me rayen el BMW (ya quisiera :D) imagínate cuando aparezca con un hecho de tela. Aerodinámicamente no sé como se comporta una superficie más flexible que la chapa. A propósito de ésto, ¿has visto algo en algún sitio sobre cómo se comportaría una superficie con hoyuelos como las pelotas de golf, si serviría de alguna mejora, aunque un coche no sea una esfera rotando sobre su eje?
Yo lo que creo es que si a la gente le quitas la chapa, y si acaso te da por quitarle los pedales e integrarlos en el volante, les quitaste el coche. Son esas cosas que sabemos que se pueden mejorar pero que siguen gustando.
Por otro lado hay metales que se pueden deformar al aplicarles un campo magnético. Quizá algún día llegues al concesonario, te lleves un coche con forma exterior de cubo y desde tu ordenador puedas darle la forma que desees, igual que ahora puedes personalizar tu móvil bajándote cosillas. ¡Quién esperaba los móviles hace un par de siglos, que fue el otro dia!
La idea de los metales deformables no la conocía y, a priori, me parece un camino muy interesante.
Respecto a lo de si quitáramos los pedales, por ejemplo, y los integráramos en el volante, es algo que ya se me había ocurrido. Y yo también soy de la opinión de que mejoraría la conducción. Es más, y aún a riesgo de pecar de paranoico, me da la sensación que muchos de los convencionalismos inamovibles de la industria del automóvil son los que provocan que estemos presos de una tecnología automovilística que tiene más de 100 años, que utilicemos un combustible destinado al fracaso o que todavía no haya coches voladores.