“ Londres se convirtió en algo enorme y contradictorio. Era un buen lugar y una ciudad excelente, pero se tiene que pagar un precio por todos los lugares buenos y es un precio que todos los lugares buenos tienen que pagar. ”
Neil Gaiman (Neverwhere)
Bajo esa fachada de gélida urbanidad, las grandes ciudades, las ciudades milenarias, tienen algo mágico. Tal vez se trate tan solo de ilusiones que envejecen olvidadas en las páginas polvorientas de los libros de historia, pero esos ecos del pasado, quizás incluso imaginarios, retumban todavía en lugares cotidianos, ocultos y, a menudo, insospechados, esperando sorber de nuevo las mieles de una gloria pasada.
Neil Gaiman recoge ese espíritu místico, mágico y solemne, para recrear todo un mundo subterráneo que acontece en las entrañas de Londres. Un mundo, que, en cierto modo, no es más que un reflejo distorsionado, onírico, delirante y anacrónico, del Londres de arriba. A este peculiar “lado del espejo” se ve accidentalmente arrastrado Richard Mayhewk, un anodino oficinista londinense que, haciendo caso omiso de los deseos de su bella pero autoritaria prometida, decide ayudar a una joven y desamparada vagabunda malherida. La desobediencia de este impulso social, tristemente cotidiano para la mayoría de las personas, el ignorar a los mendigos, es el elemento detonante y la verdadera vía hacía este mundo desconocido y fantástico. Pues la misteriosa vagabunda, resulta ser la hija de una destacada y recién asesinada familia del Londres de abajo. Además, Puerta (que así se llama la chica), tiene un don muy especial; puede abrir cualquier puerta e incluso viajar a otros lugares a través de ellas. Juntos, se embarcarán en un viaje de descubrimiento, donde Richard pondrá en duda su propia cordura y superará así sus propios demonios.
Neverwhere es una novela ligera, entretenida, con reminiscencias a “Alicia en el Pais de las Maravillas”, en la que destacan a partes iguales la utilización de retazos del Londres del Mundo Real para conformar un escenario que en ocasiones roza el surrealismo, con unos personajes que beben directamente de los arquetipos forjados en las aventuras y juegos de rol clásicos; desde el héroe inicialmente insignificante (quizás demasiado), a la princesa (esta vez guerrera), pasando por unos villanos, los señores Croup y Vandermar, deliciosamente estereotipados, que son el ying y el yang de la maldad absoluta. No en vano, están considerados como unos de los mejores asesinos de todos los tiempos.
Atención Spoiler:
Como mayor pega a este trabajo de Neil Gaiman, mencionar la insulsa batalla final contra el ángel Islington y sus secuaces. Toda la narración parece dirigirse a este punto como una sinfonía que va marcando un ritmo “in crescendo”, haciendo crecer en el lector el anhelo de un apoteosis narrativo, que desgraciadamente no llega a suceder.
De cualquier modo, se trata de una lectura muy amena que, con sus más y sus menos, es bastante recomendable.
Por cierto, no sabía que esta novela fue convertidam primero una serie de la BBC, después cómic y ahora está en proceso de recibir una adaptación cinematográfica, cuyo director se rumorea será David Slade, autor de la impactante “Hard Candy”. Os dejo un trailer de la serie de TV Neverwhere. Como podéis apreciar, el presupuesto parece demasiado humilde: