Me gusta la hora de cenar, no tengo que acordarme de ella. El hambre se encarga de eso… Mierda! ¿Cómo coño se abría una lata de tomate? Lo único que puedo recordar es aquella maldita noche en la que dejé de ser quien yo era. Cada día olvido incluso donde guardo los calcetines. Atrás quedó la beca en aquella fabulosa universidad, atrás quedaron las chicas que se derretían por una mirada mía… ahora ni si quiera soy capaz de conseguir trabajo como cajero en el banco del pueblo.
Chris Pratt (Joseph Gordon-Levitt) es el típico adolescente exitoso y triunfador. La vida le va sobre ruedas y su futuro pinta más que prometedor. Desgraciadamente todo lo que ha conseguido, todos sus sueños, se ven truncados la noche en la que un accidente de tráfico le causa una grave lesión cerebral. Desde entonces es incapaz de recordar las acciones más cotidianas, se queda dormido en los momentos más inoportunos e incluso carece de la capacidad de reprimir la expresión de sus deseos sexuales. Su vida parece condenada a estar por debajo de la mediocridad, sin otra meta que integrarse en una sociedad en la que antes era poco menos que un ídolo. Pero todo cambio, cuando unos criminales, le proponen participar en un atraco. Chris tiene la oportunidad de cambiar su aburrida y descafeinada vida.
The Lookout ha sido una grata sorpresa. Una de esas películas desconocidas, que logran alzarse por encima del montón, no gracias a la maquinaria del marketing, sino con la única ayuda de su historia y de sus personajes.
Como único aspecto un tanto decepcionante, el escaso protagonismo de unos personajes secundarios que se prestaban para desarrollar interesantes hilos secundarios y que sin embargo acaban mostrándose como meros comparsas de los protagonistas.
Aún así, película totalmente recomendable.