Hace algunos años, la reproducción de vídeos en páginas web era poco menos que una excentricidad, una apuesta más que arriesgada para unos pocos y osados webmasters. La banda ancha todavía estava en pañales y la existencia de multitud de plugins, no demasiado extendidos, repartiéndose el escaso mercado existente, no ayudaba demasiado a una posibile estandarización (aunque fuera “de facto”) del vídeo en internet.
Pequeño parentésis para los ajenos al “argot tecnológico” utilizado en internet:
Un “plugin” es una aplicación complementaria que se encarga de añadir una nueva funcionalidad a otro programa principal (en este caso un navegador), como puede ser por ejemplo, el plugin de Flash.
Un “códec” por otra parte, es una especificación capaz de transformar un flujo de datos en, en este caso, un vídeo.
Hasta la llegada de Flash, si un webmaster quería mostrar un vídeo en su página web, tenía que decantarse por algunos de los plugins existentes, como los de Windows Media, Real Video o Quicktime. Plugins poco extendidos que, de ningún modo, podían garantizar la visualización generalizada del vídeo por parte de los visitantes de su página web. Sin embargo, Adobe, en una jugada que solo puede juzgarse de visionaria, aprovechó que su ligero y extendidísimo plugin de Flash, instalado en más del 99% de los navegadores, y decidió implementar la visualización de vídeos desde el mismo. En cuestión de poco tiempo, webmasters de toda la red, desde pequeños portales, hasta gigantes de la talla de Youtube, pasando por las omnipresentes páginas pornográficas, utilizaban Flash para mostrar sus contenidos y llegar así, a la práctica totalidad de los usuarios que visitaran sus dominios. Adobe, reinaba sin oposición alguna, en el sector de los vídeos a través de internet. No obstante, el tiempo fue pasando, y el rey se durmió en los laureles: fallos de seguridad, aceleración por hardware llegó tarde y mal, y unas versiones para Mac y Linux que adolecen de un rendimiento solo calificable como deficiente. Como colofón a este cúmulo de circunstancias que no hacen sino impulsar un cambio, todos estos motivos (o excusas) han sido aprovechadas por Apple para defender la ausencia de Flash en su dispositivo más extendido, el iPhone.
Todas estas carencias han provocado que empiece a sonar cada vez con más fuerza, una nueva solución: la utilización de HTML5 y el tag <video>. Las bondades del html5 en cuánto a vídeo se refiere, son muchas, pero dos destacan sobre las demás: Para empezar se trata de un sistema abierto, por lo que deja de dependerse de un plugin propietario (flash) y por otra parte, será, presumiblemente, adoptado por las próximas versiones de todos los navegadores existentes, algunos de los cuales incluso ya han anunciado que incorporarán la aceleración a través de hardware de la reproducción de los vídeos, algo especialmente necesario para una reproducción fluída del contenido en alta definición.
A menos que Adobe dé un golpe de efecto de última hora, la utilización de Flash y, como consecuencia de ello, una parte primordial de su peso en la red, tienen los días contados.
La implantación de HTML5, supondrá un golpe mortal para Adobe y su tecnología Flash. A día de hoy, la inmensa mayoría de los videos embebidos en páginas web, utilizan Flash para que puedan ser reproducidos. Sin embargo, el estándar html5, que poco a poco irá implantándose, gracias a la etiqueta <video> que permite reproducir videos en cualquier página web sin necesidad de utilizar el plugin de flash (ni ningún otro).
Aún así, cabe decir, que pese a lo prometedora de la solución del video embebido a través de HTML5, y por lo que personalmente he podido experimentar, todavía está un poco verde, con problemas importantes respecto a estabilidad y rendimiento.
Otro problema digno de mención es que, debido a las presiones de Apple y Microsoft, la especificación del estándar html5 no contempla la utilización de ningún códec concreto. A día de hoy, por tanto, ni si quiera los diferentes navegadores se ponen de acuerdo en el modo de implementar el estándar. No pocos expertos afirman que el “códec” a utilizar, es el nuevo campo de batalla en la guerra de los navegadores. Con Google enfrentado incluso a Mozilla, pues esta última, junto a Opera, defiende a capa y espada el soporte para un único códec libre y gratuito (ogg vorbis y theora) en frente del más extendido y de mayor calidad denominado H264, códec utilizado por YouTube (y por la mayor parte de sitios en internet dedicados al vídeo). Hay que señalar que Google, con Chrome, soporta ambos códecs, sin embargo todos sus vídeos de Youtube están codificados íntegramente en h264, de tal forma que, de momento, no serían reproducibles, a través de html5, por Mozilla Firefox pero si por Google Chrome.
Todavía no se sabe quien dará su brazo a torcer, si Google arriesgándose a perder a todos los visitantes que utilicen el navegador del zorro rojo o Mozilla arriesgándose a perder una gran parte de sus usuarios.
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Que saltos más raros que tiene este post (en Chrome se me corta) 😛
La inmensa versatilidad y democratización que ofrece Flash no se irá al traste por que se haya añadido una etiqueta vídeo en HTML5 😛
No has comentado nada de la implementación de html5 en IE, y creo que siempre ha pesado bastante la postura de este en el desarrollo de internet.
Gracias por la info sobre los cortes. Entrada arreglada.
El error estaba en que había escrito el tag video sin más, y Chrome intentaba incrustar un vídeo. XDD
Respecto al Flash… no se irá al traste porque tiene muchas más funciones, pero en lo que a reproductor de vídeo se refiere, y es una opinión, sí. Ahora bien, obviamente no es algo que sucederá a corto plazo.
Internet Explorer es un caso especial. Se espera que en la versión 9 implementen HTML 5, y por tanto también la etiqueta video. Habrá que ver si se ponen las pilas y comprobar como funcionan algunas novedades interesantes que han prometido, como el renderizado total de páginas webs vía GPU.
Por otra parte, según tengo entendido, Microsoft, junto con Apple, presionaron al consorcio encargado de aprobar la especificación para que no se detallase el códec a utilizar, y de esta forma usar los suyos, de mejor calidad, pero privativos. Así que me temo un intento de impulsar, otra vez, el fracasado formato “WMV”. También está la cuestión incierta de su minoritario Silverlight y su función como reproductor. Asuntos, todavía, poco claros.
Una gran característica de Flash como reproductor de vídeo es que gracias a él, el usuario final se olvida de codecs y demás tecnicismos. Y es algo, que la implantación de html5, debe heredar. Ya veremos que sucede.