Entendiendo Twitter

La popularidad y el auge actual de Twitter, están fuera de toda duda. La plataforma no es tan solo la red social de micro-blogging por excelencia sino también, y esto es el verdadero secreto de su éxito y núcleo de su valor, una novedosa capa que actúa como filtro, mejor incluso que la de los buscadores, para proporcionar los enlaces más recientes y adecuados a las preferencias de cada uno. Y es que cuando seguimos a la suficiente masa de usuarios, preferiblemente organizados en listas temáticas, resulta especialmente fácil estar informado de las últimas notícias, sobre cualquier tema, por muy extraño o concreto que éste pueda ser.  Sin ir más lejos, es algo que saben muy bien en Google, pues ya llevan bastante tiempo experimentando, aunque sin demasiado éxito, en esa dirección. Son conscientes de que, por muy perfeccionado que esté su algoritmo,  jamás será superior a los resultados que, indirectamente a través de tweets, categorizan y difunden millones de usuarios cada día.

No obstante, resulta, cuanto menos curiosa, la extendida opinión, especialmente en muchos neófitos de Twitter, según la cual critícan, o por lo menos menosprecian, la actividad de ciertos usuarios, a los que para más inri siguen, alegando con sorprendente rotundidad, que Twitter no sirve para eso. Y aquí está su error, pues es precisamente esa libertad, esa ausencia de normas o buenos usos sobre a quien puede uno seguir y sobre lo que uno puede o no twittear, lo que ha conformado la riqueza y heterogeneidad necesaria para convertir a una red tan peculiar y aparentemente simple como ésta, en un fenómeno masivo.