Es fascinante la necesidad que tenemos los seres humanos de expresarnos de cualquier modo, incluso a pesar de no dirigirnos a ningún interlocutor concreto. La forma de esta expresión, lo que algunos llaman arte (y otros basura), puede encontrarse, cuán musa esquiva y caprichosa, en los lugares y momentos más insospechados. Y como no podía ser de otro modo, la tecnología tiene mucho que decir al respecto. Hace algún tiempo, escribí una entrada dedicada a apps fotográficas para iPhone y mencioné, un tanto de pasada, una aplicación llamada Instagram, de la que me he convertido un usuario bastante asiduo. Instagram es una app gratuita, de momento exclusiva para iOS (aunque la versión para Android se encuentra en desarrollo), que permite aplicar una gran y cuidada variedad de filtros (con estilo retro o vintage, lomo, blanco y negro, etc) a nuestras fotografías. Además, recientemente sus creadores han implementado la posibilidad de aplicar filtros en tiempo real, esto es en el mismo momento de tomar la fotografía, desde el propio visor. Sin embargo, y esto es lo que le otorga su mayor valor añadido, Instagram es también una red social dedicada a la fotografía, o mejor dicho a lo que se ha empezado a denominar como iphoneography que, a pesar de que hace apenas un año que existe, recientemente ha alcanzado los 10 millones de usuarios. Una cifra realmente impresionante, sobre todo teniendo en cuenta que, a día de hoy, Instagram solo está disponible para iOS. Para hacerse una idea, Forsquare, la popular red social basada en la geolocalización, supera por poco, la misma cantidad. Instagram, es en definitiva, una de esas aplicaciones que, por mucho que pese a algunos puristas de la fotografía, ha demostrado que gracias al post-procesado y a la imaginación y talento de los usuarios, dispositivos con ópticas tan mediocres como las cámaras de los teléfonos móviles, pueden producir fotografías excelentes. Y es que, del mismo modo que una buena máquina de escribir jamás hizo a ningún buen escritor, tampoco una buena cámara es la responsable de las buenas instantáneas. En cuanto a la principales características de Instagram como red social, además de permitir “likes” y comentarios en las fotografías, ha heredado también algunos mecanismos de Twitter, como los hashtags (etiquetas) o las menciones (@usuario). Por si fuera poco, gracias a que hace algunos meses liberaron la API, han ido apareciendo diversas aplicaciones que, de distinta manera, se nutren del contenido de Instagram, o incluso servicios como Prinstagram que nos permite obtener diferentes impresiones de nuestras fotografías o Stickygram, que por 15 $ envían nueve imanes de nevera, a cualquier parte del mundo, con nuestras fotografías de Instagramque seleccionemos. Sin embargo, a pesar de todas las virtudes de esta aplicación, existen tres carencias que deberían resolverse cuanto antes en una aplicación de tal magnitud:
- La ya mencionada ausencia de soporte para Android o incluso Windows Phone. No tengo ningún dispositivo Android, pero la alternativa (además multiplataforma) de la que mejor he oído hablar, es Picplz.
- La ausencia de un interfaz web, que nos permita gestionar nuestra cuenta; escribir comentarios, realizar “likes”, ver los que hemos efectuado, etc. Afortunadamente esta carencia ha sido parcialmente subsanada desde que en Instagram liberaron la API y aparecieron interfaces webs de terceras empresas como Webstagram, Inkstagram o, destacando sobre todas ellas, Statigram.
- La inexistencia de listas. Esta es una de las carencias mayor menoscabo suponen para la usabilidad general de la aplicación, pues se hace francamente complicado segur a todos nuestros contactos cuando la cantidad de ellos se vuelve considerable.
Pese a estos inconvenientes, se trata de una aplicación más que recomendable para todos los usuarios de iPhone a quienes les guste la fotografía y disfruten experimentando con aquello que les rodea. Por último señalar que, como no podía ser de otro modo para una app con tal cantidad de usuarios, el nivel de calidad de las instantáneas es muy dispar, y podemos encantrar fotografías mediocres y, en realidad, sin ningún tipo de aspiración artística, junto a otras de enorme calidad. Os dejo una pequeña selección de las que yo he realizado. Si pulsáis sobre cada una de ellas, accederéis a la fotografía en un tamaño mayor así como a un título o breve texto inspirado por la misma. Y si queréis verlas todas, podéis acceder al tumblr habilitado para tal efecto.
Por último, aprovecho para mencionaros que si queréis seguirme en esta red social, mi nombre de usuario es, sorpresa, inkoherence. Y si además de ver las fotos, preferís leer los relatos con los que acompaño cada foto, podéis hacerlo desde esta misma página, a través de la sección “Relatos“.