Dicen que si un mono dispusiera de mucho tiempo (mucho) y empezara a aporrear las teclas de una máquina de escribir, tarde o temprano acabaría escribiendo “El Quijote” o “Hamlet”.
Pero el intelecto humano, a veces (solo a veces), es más eficaz que el azar y últimamente nos hemos empecinado en enseñar no a monos, sino a máquinas, a contar historias.
Seguro que muchos de vosotros conoceréis el certamen “Nanowrimo”(yo mismo hablé de él hará algún tiempo). Pues bien, siguiendo el mismo objetivo (escribir una novela de 50.000 palabras), el desarrollador Darius Kazemi ha creado el NaNoGenMo (National Novel Generation Month), una especie de concurso donde los participantes disponen de un mes para escribir un programa (un algoritmo) que genere una novela de 50.000 palabras.
El año pasado ganó el certamen Nick Montfort con World Clock, una novela creada a través de un programade tan solo 165 líneas en Python. Por supuesto la novela, bajo los criterios humanos (por decirlo de alguna forma), dejaba mucho, demasiado, que desear pero es un principio. Aquí tenéis un fragmento como ejemplo:
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It is now exactly 05:00 in Smarkland. In some ramshackle dwelling a person who is called Gang, who is on the small side, reads an entirely made-up word o n a box of breakfast cereal. He turns entirely around.
It is now right about 18:01 in Matamoros, In some dim yet decent structure a man named Tao, who is no larger or smaller than one would expect, reads a tiny numeric code from a recipe clipping. He smiles a tiny smile.
It is now as it happens 19:02 in Grand Turk. In some sturdy yet undistinguished habitat a youth named Peng, who is quite sizeble and imposing, reads a stained card. He sits up straight.
It is now only a moment before 02:03 in Windhoek. In some situable structure someone named Ezra, who is significantly smaller than others of the same age, reads a canary-colored manuscript. He hums quitely.
Como podéis comprobar, todavía es algo primigéneo, no obstante este tipo de escritura narrativa se ha convertido en uno de los caballos de batalla en el campo de la Inteligencia Artificial.
Aunque creo que estamos a muchos años de conseguir que una máquina cree literatura de ficción original y valiosa (según los estándares de calidad humanos), igual de interesante y mucho más pragmática resulta la aplicación que ya realizan algunas empresas, cómo Associated Press, mediante informes financieros automatizados claros, directos y concisos. Ejemplo de uno de estos informes:
Walt Disney 1Q net income rises 33 percent.
Walt Disney 1st-quarter profit rises 33 percent; results beat analysts’ expectations.
BURBANK, Calif. (AP) — The Walt Disney Co. (DIS) reported a 33 percent increase in its fiscal first-quarter net income, beating analysts’ estimates.
Disney, which is based in Burbank, California, earned $1.84 billion in the quarter, up from $1.38 billion in the same period a year ago. Per-share earnings climbed to $1.03 from 77 cents.
The average estimate of analysts surveyed by Zacks was 92 cents per share.
Revenue rose 9 percent to $12.31 billion from $11.34 billion. Analysts expected $11.8 billion.
The company’s stock price has fallen 6.1 percent so far this year. However, over the past 12 months, Disney stock has increased 33 percent.
This story was generated automatically by Automated Insights using data from Zacks Investment Research. Full Zacks research report: DIS.
Inagino que, una vez desarrollados algoritmos capaces de escribir correctamente (a nivel de gramática, sintaxis, semántica y ortografía), el verdadero reto radica en conseguir la “semilla” para generar idear originales. Probablemente, en los seres humanos esa semilla germinadora de ideas proviene de una mezcla singular entre la experiencia, la educación, el intelecto, la inspiración y la propia imaginación, por muy abstracto que resulten estos dos últimos términos. Sea como fuere, son tiempos emocionantes para la Inteligencia Artificial.