He probado muchos páginas de música online. Me refiero a esas webs que permiten escuchar vía streaming multitud de canciones, tanto clásicas como contemporáneas, pero la calidad de los diversos servicios es de lo más dispar.
Songza, mi último descubrimiento, es de lo mejor que he probado últimamente.
A diferencia de otros servicios como Last.fm o, en menor medida, Deezer que se basan en la recomendación, con mayor o menor fortuna, de canciones o artistas similares a los especificados por el usuario, Songza permite escuchar el tema exacto. Algo parecido a lo que hace GoEar, pero ofreciendo una experiencia de usuario mucho más satisfactoria.
Para empezar el interfaz resulta sencillo pero altamente efectivo pero sobretodo, el servicio dispone de un repertorio de canciones abrumador, todavía no he encontrado ninguna que no estuviera disponible.
Destacar también una característica, a mi modo de ver, absolutamente diferenciadora en cuanto a calidad de este tipo de servicios: permite crear listas de reproducción (playlists) como si de un Winamp o iTunes se tratase.
No faltan tampoco otras funciones muy “web 2.0”, tales como el poder compartir las canciones a través de Twitter o, la ya más habitual posibilidad de insertarlas en nuestra página web.
Como único punto negativo digno de mención, la organización caótica de las canciones, pues el servicio no permite buscar por grupo, album o filtrar entre conciertos o grabaciones de estudio. Detalle que en ocasiones provoca problemas para encontrar el tipo de grabación deseado.
Funcionalidades a parte e indagando un poco sobre la legalidad del servicio, sus autores afirman que operan dentro de la ley, puesto que pagan religiosamente las cuotas correspondientes a diferentes sociedades gestoras de derechos de autor por la reproducción de sus obras. Además, ofrecen links para adquirir cada canción a través de Amazon.
A pesar de todas las bondades de Songza, me asaltan un par de incógnitas sobre el buen futuro del servicio.
En primer lugar, desconozco el ambito subjetivo y territorial de estas sociedades gestoras de derechos de autor en un mundo tan difuso como el de Internet y las consecuencias que esto puede tener ante la eventual superposición de varias de estas sociedades de diferentes países que pudieran llegar a exigir sendos pagos por un mismo artista. Imagino que todo queda en manos del laberíntico derecho internacional privado.
Y por otra parte, tengo mis dudas respecto a la viabilidad económica del proyecto puesto que parece que su único medio de financiación sea la publicidad. De todas formas, y aunque así fuera, a Google no le ha ido tan mal.
Finalmente, y a modo de curiosidad, el servicio es obra de Scott Robbin y Aza Raskin, hijo de Jeff Raskin, uno de los fundadores de Apple.
Gracias a Gemma por descubrirme Songza.