Hasta un reloj roto da bien la hora 2 veces al día. Tony Soprano
Las historias sobre la mafia tienen algo que las hace especialmente atractivas. Películas como “El Padrino” , “Uno de los nuestros” o “Scarface” han forjado un ideal de tipos duros y sin escrúpulos que toman lo que quieren sin importarles demasiado las consecuencias. Pero “Los Soprano“, la serie de TV de la HBO que finalizó en el 2007 tras seis brillantes temporadas, es diferente. Muestra la otra cara de la moneda, una visión de la mafia que, no se si será más real, pero por lo menos es mucho más verosímil.
La serie cuenta la vida de una familia mafiosa de Nueva Jersey a través de los sucesos que rodean tanto a la familia “criminal” del protagonista, como a través de los problemas cotidianos a los que podría enfrentarse cualquier familia convencional, en este caso la formada por los hijos, esposa y demás parientes de Tony Soprano, el susodicho protagonista. Y es precisamente esta dualidad aquello que permite el lucimiento de lo mejor de la serie: sus personajes. Son simplemente sublimes, llenos de exquisitos estereotipos que se ven compensados por unas personalidades llenas de contradicciones, temores, deseos, sueños, buenas y malas obras… por unas personalidades, en definitiva, rabiosamente humanas.
Os dejo con la intro, cuya canción (“Woke Up This Morning” del grupo “Alabama 3”) se ha convertido en todo un símbolo de la “cosa nostra” contemporánea:
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