La mentira siempre gana a la verdad, se adapta, no tiene que ser consistente. Hay que darle a la verdad el drama de una mentira.
Will Gardner, The Good Wife.
The Good Wife es una serie de abogados protagonizada por Julianna Margulies que, a priori, puede parecer bastante típica y carente de originalidad: Alicia Florrick, la protagonista, es una acomodada ama de casa de mediana edad, que apenas ejerció unos meses como abogada antes de casarse. Sin embargo, debido al escándalo sexual y de corrupción por el que es encarcelado su marido (fiscal del estado), debe volver a ejercer como letrada para mantener a su familia (tiene dos hijos adolescentes).
Hasta aquí nada demasiado llamativo. La estructura también es bastante convencional: cada capítulo plantea uno o varios casos en los que trabajan los protagonistas y que, a su vez, se engloban en una trama más general que se prolonga durante cada temporada.
¿Qué me voy a encontrar?
Tejemanejes legales, pero sobre todo políticos que reflejan una sociedad donde el poder, en este caso el poder político, está por encima de la ley. Por otra parte, pese a que la mayoría de personajes son abogados, fiscales y políticos, presentan una amalgama de personalidades rica y compleja. Están bien desarrollados y es fácil apreciar una evolución de su personalidad a raíz de sus propias experencias.
¿Destaca en algo por encima de otras serie de abogados?
Sí, el gran logro de la serie radica en las variadas y casi siempre realistas temáticas de cada caso, presentando conflictos de candente actualidad donde nada suele ser blanco o negro, sino una amalgama de tonalidades grises manipuladas por la pericia profesional de los abogados.
Destaca, especialmente, el gran tratamiento de los conflictos tecnológicos: Temas como la consideración o no del Bitcoin como moneda de curso legal, la adecuación de las empresas tecnológicas a las polémicas legislaciones de cada país (como la censura en China) o la responsablidad de una empresa por los resultados que muestra su buscador aparecen reflejados con gran verosimilitud en varios capítulos.
Resulta curiosa, una especie de moraleja recurrente a lo largo de la serie que denota la crudeza que rodea al mundo de la mal llamada justicia: Aunque la ley pueda olvidar (pues los delitos prescriben), de una forma y otra el pasado siempre se cobra su deuda.
Sin ser ninguna obra maestra, es una buena serie. La disfrutaréis más si os gusta el mundo del Derecho.
Muy buena.
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